Desde que les descubrí, hace ya casi cuatro años, Talking Heads es uno de mis grupos musicales favoritos. Banda formada a mediados de los 70 en Estados Unidos, pronto adquirió fama y renombre debido a su carácter "arty" e intelectual, su eclecticismo musical, y sus interesantes letras, escritas en su mayor parte por su carismático líder, David Byrne.
Influencias de la música disco, el funk, e incluso la música tradicional africana se entrelazan de manera natural en sus temas y discos, de entre los que se destacan canciones como "Psychokiller", "Once in a lifetime", "Burning down the house", "Heaven", "Making flippy floppy", "Slippery people" o "And she was", y álbumes como "Remain in light" o "Speaking in tongues".
Algunos de estos trabajos fueron producidos o coproducidos por el reconocido músico y productor Brian Eno. Además, Talking Heads solía contar, en sus actuaciones en directo, con la colaboración de buenos músicos afroamericanos, llegando, incluso, a ser filmada una de sus giras por Jonathan Demme, que la convirtió en la película documental "Stop making sense".
De 1977 a 1991 nos demostraron que calidad y comercialidad pueden ser compatibles en música. Ellos eran (de izquierda a derecha, en fotografía adjunta): Chris Frantz (batería), Jerry Harrison (guitarras y teclados), David Byrne (cantante, guitarras y líder), y Tina Weymouth (bajo).
Talking Heads: una gran banda por la que no pasa el tiempo.
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