miércoles, 27 de marzo de 2013

Cuando las luces se apagan (Tributo a Bernardo Bonezzi)

Cuando las luces se apagan,


y dejo de ver tu cara,

cuando la función se acaba,

y ya no queda nada,

siento cierta desazón

cuando baja el telón.



Cuando se acaba esa canción

y dan las luces en el pub,

me gustaría que la noche

volviese a empezar.



Cuando se hace la luz

y marchas a coger tu bus,

querría volver a buscarte a tu casa

para ir otra vez juntos a Malasaña.



Y jugar tú yo de nuevo

como si fuésemos dos niños

a extraños juegos,

después de habernos reencontrado

tras largo tiempo separados

en Groenlandia, en Perú, en el Tíbet, en Japón, en la Isla de Pascua,

en las selvas del Borneo,

o en los cráteres del mar de los anillos de Saturno.





Solamente quedan orquídeas marchitas

en un rincón del pasado,

pues más allá de la muralla

espera el invasor

cuando se acaba la función.



La radio ha dejado de sonar

con su sonido secreto…

El viento sopla donde quiere.













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