jueves, 26 de enero de 2012

Una foto borrosa

Ayer por la tarde, el nómada que habita dentro de mí escuchó su voz interior. Esto fue lo que le dijo:


"Y pensé en todos aquellos

que pasaron por mi vida,

los que dejaron huella en ella,

los que anduvieron de puntillas.

Me pregunté cuánto tiempo tardarían

en cicatrizar las heridas.


Pensé en que moría

sin haber llegado a los veintisiete,

edad maldita para todo

amante del rock como yo.


Recordé a Jim, a Amy,

a Janis, a Jimi,

recordé a Eduardo,

la estrella más fugaz de todas,

muerto con apenas veinte años.


Sonaron en mi mente

los acordes del "Acto",

"Autosuficiencia", "Quiero ser santa"...


Me acordé de su foto

con los otros Pegamoides

paseando en barca por el Retiro:

Nacho, Ana, Carlos, Olvido.


Me dije a mí mismo

que no todo fue en vano,

que nunca el tiempo es perdido.


Pensé que aquella imagen

no era otra cosa

que una foto borrosa.


Finalmente, pensé en mi familia:

mis padres, mis abuelos,

mis tíos y mis primos,

mis fieles amigos.


Me dije: "Si muriese ahora,

aunque lo hiciese tranquilo,

les destrozaría la vida.

Me queda aún mucho que vivir,

mucha guerra que dar,

muchos caminos que elegir,

mucho mar por contemplar".

miércoles, 25 de enero de 2012

Mis actuales lecturas

Estoy releyendo una novela, a mi juicio, clave, por su atemporalidad, su calidad, y su estructura dramática e intimismo: El último encuentro, del genial escritor húngaro Sándor Márai (en esta ocasión, releo una vieja traducción de la obra, titulada A la luz de los candelabros).


A su vez, voy poco a poco avanzando en la lectura de Operación Gladio, la más reciente novela del escritor y poeta español Benjamín Prado (habitual colaborador de prensa y radio, y buen amigo de literatos y artistas como Luis García Montero, Joaquín Sabina y el ya fallecido poeta Ángel González).

jueves, 12 de enero de 2012

Un concierto navideño atípico




En primer lugar, MUY FELIZ AÑO 2012 A TODOS. Hacía tiempo que no publicaba nada en el blog, así que creo que la ocasión (cambio de año y finalización de las Navidades) es muy propicia para ello.


En estas fiestas, tuve la oportunidad, el pasado viernes 23 de diciembre de 2011, de asistir a un atípico concierto navideño en la Sala El Sol de Madrid. Compartieron cartel los Hermanos Cubero (originalísimo dúo folk de Guadalajara, afincado en Barcelona), quienes, armados de sus voces, mandolina y guitarra acústica, interpretaron temas propios y coplas clásicas del cancionero castellano con un interesante toque country.


A continuación, salió a escena el gran Víctor Aparicio Abundancia, Víctor Coyote (en la foto), artista multidisciplinar, gallego de nacimiento y madrileño de adopción, con una larga trayectoria a sus espaldas. Este nombre clave en la historia reciente del pop-rock español (con su liderazgo, en los 80, del interesante grupo Los Coyotes), sigue apostando claramente por el mestizaje, por la world music. Y nos lo demostró esa noche, cantando en castellano, inglés y portugués, villancicos, píldoras pop, cumbias y muchas otras piezas, acompañado en ocasiones de los Hermanos Cuberos y músicos como el ex-batería de Los Ronaldos Ricardo Moreno. Además, utilizó gran variedad de instrumentos (guitarras, teclados, ukelele, zambomba...), dejando también, a lo largo de la actuación, claras muestras de su finísimo sentido del humor.


Los Hermanos Cubero y Víctor Coyote son músicos de calidad y solvencia, que abogan por la tradición, la innovación y el mestizaje, y nos regalaron una maravillosa actuación navideña.